viernes, 20 de noviembre de 2009
20 DE NOVIEMBRE DE 2009
domingo, 8 de noviembre de 2009
APOYO SOCIAL PROFR. FRANCISCO HERNANDEZ DOMINGUEZ
- Cuando hablamos de participación social tenemos en cuenta al menos dos características específicas:
- El fin: va más allá de lo individual o corporativo, su compromiso va dirigido hacia la sociedad.
- Por otro lado, la forma: construir y decidir colectivamente da una idea del tipo de sociedad que se quiere.
- A pesar del contexto en que nos movemos, existen movimientos sociales críticos, globales que cuestionan un modelo social que sólo en apariencia cree en ellos. Estos movimientos, además de permitir la conexión social, constituyen un modelo para intervenir.
- Elegir la participación social como un eje educativo implica el desarrollo de:
- En relación con las actitudes: suficiente grado de autoestima y de autoconfianza para intervenir, respeto a otras personas, implicación en el entorno social y su problemática, sentido crítico...
- En relación con las capacidades y habilidades: desarrollo equilibrado de lo emocional y lo cognitivo, explicitar y denunciar conflictos, realizar proyectos conjuntamente con otras personas, tomar decisiones, manejar los mecanismos de participación...
- En relación con los conocimientos: saber cómo funciona el sistema social, conocer sus características en contraste con otros, conocer modelos alternativos, entender los conflictos como algo inherente a la convivencia social....
- Puesto que la participación social no puede desarrollarse en el vacío, solamente con intenciones, resulta imprescindible tener en cuenta los condicionantes sociales y educativos que dificultan o favorecen la participación. A la vez, hay que definir los cambios necesarios, llevando a la práctica los que estén en nuestras manos y reivindicando aquellos que nos trascienden, generando en uno y otro caso una profundización de los procesos participativos.
- La participación no puede ir dirigida sólo a un sector de la población:
- En primer lugar, debe trabajar de tal manera que dé cabida a las diversidad de las personas implicadas; hoy, ciertas características que pudieran significar diversidad, se convierten en elementos de desigualdad y discriminación (formas de pensamiento no deductivas, culturas diferentes...), por lo que hay que cambiar los mecanismos que lo provocan.
- En segundo lugar, y simultáneamente, ha de buscar la igualdad de posibilidades ante la intervención social. Dado que partimos de una situación de desigualdad social y de poder, esto implica potenciar a quienes están en mayor situación de dominación (por sesgos étnicos, socioeconómicos, de género...).
A lo largo del proceso histórico se ha podido observar que el hombre ya sea en la caverna o en los palacios se ha unido con otros semejantes para sortear los problemas de la vida cotidiana, esta organización se ha transformado en forma directamente proporcional a como los humanos hemos ido desarrollando nuestros potenciales, primeramente respondiendo a su instinto y espontaneidad, posteriormente a su intelecto. Las grandes construcciones de la antigüedad son resultado de un conjunto de factores que confluyeron, entre los cuales obviamente se puede incluir a la participación social, motivada por elementos religiosos, civiles, militares y económicos. En los grupos sociales siempre han destacado, por su carácter, fortaleza física o inteligencia, líderes que han encabezado las acciones en conjunto, ellos han sido los promotores o gestores naturales de la participación social; no siempre contaron con formación académica, así se puede observar que la partera, el cura, el más anciano(a), el curandero se encuentran entre ellos, esto es algo que no debemos ignorar los que nos encontramos involucrados con la participación social, si se observa a estos personajes se encontrará que tienen características comunes:
Participación , la palabra correcta.
Hasta hace pocos años la participación comunitaria en el desarrollo económico y social era un tema altamente polémico, objeto de fuertes controversias, fácilmente susceptible de rápidos etiquetamientos ideológicos. Una de sus descalificaciones más frecuentes era considerarla integrante del reino de las «utopías» sin sentido de realidad.
Actualmente se está transformando en un nuevo consenso. Gran parte de los organismos internacionales de mayor peso están adoptando la participación como estrategia de acción en sus declaraciones, proyectos, e incluso en diversos casos están institucionalizándola como política oficial.
Entre ellos, el Banco Mundial publicó en 1996 un libro «maestro» sobre participación. Señala que presenta «la nueva dirección que el Banco está tomando en apoyo de la participación», y resalta que «la gente afectada por intervenciones para el desarrollo debe ser incluida en los procesos de decisión».
Ya desde años anteriores el sistema de las Naciones Unidas había integrado la promoción de la participación como un eje de sus programas de cooperación técnica en el campo económico y social. Los informes sobre Desarrollo Humano que viene publicando desde 1990 y que examinan problemas sociales fundamentales del planeta, indican en todos los casos a la participación como una estrategia imprescindible en el abordaje de los mismos.
Una participación social amplia implica los siguientes aspectos:
- la incorporación de la población en la discusión, decisión, sostenimiento, realización y control de los proyectos para el desarrollo local, especialmente en aquellos en los que, como segmento específico, se encuentren más directamente implicados.
- la incorporación de los pobladores locales en la definición de sus gobiernos locales y en su fiscalización; y (c) la realización de estos procesos de manera organizada, o crecientemente organizada, sin implicar desgastes organizacionales ni disipación de capital social.
Pero asimismo, esta participación debe sujetarse a principios democráticos que incluyan a las minorías, es decir, a procedimientos de participación que garanticen que las opiniones mayoritarias no "sometan" a las minorías ni se impongan sobre ellas.